Réquiem por Eduardo Benavente

Con motivo del 25 aniversario de la muerte de Eduardo Benavente, ex líder de Parálisis Permanente, aquí os dejo un pequeño homenaje a este hombre que dejó su marquita en la historia del punk español.



Un músico pop es un mecanismo humano de fascinación. La extrañeza ante él, es el primer hito del recorrido de la fascinación. Pasado el momento de la sorpresa, el mecanismo debe permanecer intacto en su reducto inviolable. A ese reducto Benavente lo llamaba personalidad. El artista se diferencia del resto de los hombres porque construye y reconstruye su personalidad, que es lo que le da derecho a formular exigencias en la vida y ante sus semejantes. Eduardo Benavente poseía personalidad. Veía en mundo con ojos diferentes y exactos. Su estética era despiadadamente heróica y piadosamente irónica. El signo de una inteligencia de primer orden, es el de que es capaz de detenerse sobre dos ideas contradictorias sin perder por ello la capacidad de funcionar. Debería entenderse, que en las cosas no existe la esperanza, y sin embargo estar decidido a cambiarlas. Eduardo Benavente sabía que toda vida es un proceso de demolición de cosas nunca demasiado tangibles. La nieve es de una pureza engañosa.
Le gustaba ser rápido, eficaz y preciso. Esa frase podía haber sido su lema.


Eduardo Benavente murió en un accidente de automóvil el 15 de mayo de 1983, a la temprana edad de veinte años.
Benditos sean los muertos sobre los que cae la lluvia.