miércoles, 28 de abril de 2010

Dermatitis atópica (o como tener una jodienda de por vida)

La dermatitis atópica, que servidora padece de nacimiento, es una reacción mal dirigida del sistema inmunitario, que se traduce en un picor intenso y constante dejando con el rascado una especie de erupción. Puede venir acompañada de rinitis y conjuntivitis alérgica y asma. ¡Yuhu, no tengo asma!

No tiene cura, no sé por qué pero no tienen ni zorra. Cuando el paciente no tiene lesiones, tiene una inflamación subclínica igual que cuando las tiene, aunque no se note en la piel. El tratamiento consta de una hidratación intensa con cremas emolientes (que no hacen una putamierda) y en casos extremos se usan corticoides por vía oral o en pomada, que hacen que te baje la inflamación, pero que al finalizar el tratamiento el brote resurge. Sí, lo sé.

Las causas que producen la enfermedad no son seguras, el atópico suele notar la causa que le produce el brote. Pueden ser factores alérgicos ambientales, detergentes y suavizantes, estrés y ansiedad... O simplemente porque sí.
Los científicos que han "estudiado" esto creen que es una enfermedad hereditaria en un 40% si uno de los progenitores es atópico y en un 60% si lo son ambos.

Lo normal es que la enfermedad desaparezca en los dos primeros años de vida o en la pubertad, pero un pequeño porcentaje llega a la edad adulta con la enfermedad a cuestas, como servidora.

Puede derivarse en una infección severa de la piel o en dermatitis con liquenificación.



Pues eso, que estoy desde enero con un brote horrible, parece que me he quemado con una olla de aceite, y pica, duele y escuece. Tengo lesiones en los brazos, el cuello, la frente, los párpados, la espalda, los labios, las manos (signo de que es crónico), las clavículas y los hombros. No respondo a tratamientos y las pastillas para evitar el picor me dejan todo el día medio dormida.


MI BRAZO BUENO.