miércoles, 7 de enero de 2009

tattoos

Aunque me encante la belleza natural, al seguir los extremos, también amo la modificación corporal, por ejemplo, los tatuajes.

Encontramos por ejemplo un vídeo de la convención de Londres:




O este blog:

http://onlytat2.blogspot.com/search?updated-min=2008-01-01T00%3A00%3A00-08%3A00&updated-max=2009-01-01T00%3A00%3A00-08%3A00&max-results=25


O, mi favorito:

http://news.bmezine.com/category/modblog/

Auditorium

Auditorium es un juego aun inacabado, pero muy bonito.
Hay una demo en internet, donde puedes probarlo, ésta es la página http://playauditorium.com/

El juego trata sobre unos rayos de luz, que tienes que dirigir hacia unos cuadrados con la ayuda de unas flechas, cuando la luz los alcanza, empieza a sonar una melodía, y, cuando el cuadrado se completa, pasas a la siguiente fase.

He llegado ahondado bastante en la demo y puedo decir que es complicado.

¡Disfrutad!

Cabeza Borradora


Sacado de: http://www.aullidos.com/pelicula.asp?id_pelicula=596
Es de mis películas favoritas, así que os recomiendo (en realidad os obligo) verla.

ARGUMENTO
Cuando Henry Spencer es invitado a cenar a casa de su amiga Mary, se entera de que ha sido padre de un bebe prematuro e inhumano. Mary y el extraño bebé se instalan en casa de Henry, donde un escenario iluminado tras el radiador revela la presencia de una mujer. Las fantasías de Henry le conducen a ser decapitado sobre el escenario. Su cerebro será utilizado para fabricar gomas de borrar.
CRÍTICA
Por Adrián Álvarez

En 1977 David Lynch comienza el rodaje de su primera película, después de estudiar Bellas Artes y haber hecho sus pinitos con cuatro cortos. La aventura le dura cinco años, y el resultado es el sorprendente debut de un director que ha creado un género propio: lynchiano.

Cabeza Borradora es también una película de difícil acceso, porque es la traslación de una pesadilla a la gran pantalla: es asfixiante, va a trompicones y tiene una lógica interna imposible de descifrar del todo. De entrada, la película es en blanco y negro, y de fondo se escucha constantemente un siseo industrial siniestro y desasosegante: como estar encerrados en una máquina de los horrores. Además Lynch tiende a alargar las escenas con abundantes silencios y planos fijos, siendo una película totalmente antidinámica que se parece más a un cuadro en movimiento.

A pesar de esas supuestas pegas, y dependiendo del espectador, la película acaba calando, penetrando poco a poco en tu cabeza y, cuando te quieres dar cuenta, ya estás intentando encontrarle un significado, como en toda pesadilla. Caes en la cuenta, por ejemplo, de que el bebé grotesco no es más que una metáfora de la paternidad no deseada, pero otras imágenes como la cantante deforme detrás del radiador o la sorprendente manera en que el protagonista pierde, literalmente, la cabeza se escapan a una interpretación superficial.

Y esa impenetrabilidad, que el propio Lynch se emperra en conservar (al contrario que con sus otras películas, donde gusta de señalar pequeñas pistas), forma parte de su encanto. Es una película única en el sentido de que existen tantas 'Cabeza Borradora' como espectadores, y eso no deja de ser fascinante, después de que hayan pasado veinticuatro años de su estreno.

Lo mejor: la atmósfera completamente malsana, y una serie de escenas imposibles de borrar de la memoria. El tristemente desaparecido Jack Nance en el rol protagonista.

Lo peor: el muro de sinsentidos que la rodea ahuyentó, ahuyenta y ahuyentará a más de uno, privándole de una película única.




Un trailer para los valientes